INTRODUCCIÓN


Desde la década de los años 60 hasta nuestros días, en el mundo se ha valorado más el ambiente, tal es el caso de las distintas cumbres que se han llevado a cabo donde han participado distintos países que en conjunto buscan soluciones para mejorar la calidad ambiental, precisamente en la cumbre que se lleva a cabo en Río de Janeiro en Brasil en 1992 surgen varios acuerdos y definiciones que se siguen mejorando hasta ahora, en dicha cumbre se integró la energía, ecología y el medio ambiente, en 1997 nace el protocolo de Kioto que se refiere al calentamiento global, en el año 2000 se lleva a cabo la conferencia de la Haya donde el tema central es el cambio climático y en 2002 en la conferencia de Johannesburgo se habla por primera vez del desarrollo sostenible.

Nosotros como seres humanos, tenemos un gran papel en la mejora del ambiente, en las últimas décadas también ha habido un crecimiento demográfico importante que aunado al gran desarrollo industrial hemos deteriorado el medio ambiente y lamentablemente destruido grandes áreas verdes que se reflejan en extinción de flora y a veces hasta de fauna. Esto ha ocasionado que en el ambiente en que vivimos existan contaminantes que llegan a ser nocivos para nuestra salud, tal es el caso de partículas en el ambiente originadas por humo, tierra y polvo tóxicos originados por las fábricas y aquellos provenientes de lo vehículos.

Este problema es en particular de las grandes ciudades, sobre todo de aquellas que han crecido de manera descontrolada y han dejado dentro de ellas distintas fábricas e industrias.

En la ciudad de México desde finales de 1977, la dirección general de saneamiento atmosférico, perteneciente a la secretaría de salubridad y asistencia desarrolló el Índice Mexicano de la calidad del Aire que en ese entonces se le conoció como “IMEXCA”, con el propósito de informar la calidad del aire. Al inicio se tomaba como referencia los estándares de calidad del aire de Estados Unidos ya que en México no existía una norma que lo regulara. En 1982 se diseñó el Índice Metropolitano de la calidad del aire “IMECA”, este índice ya nace como una metodología para hacer mediciones de las partículas existentes en el aire y es desde enero de 1986 cuando se informa a toda la población de estas mediciones. Sin embargo  es  hasta 2006 cuando se publica en la gaceta oficial del Distrito Federal , la norma ambiental NADF-009-AIRE-2006 que establece los requisitos para las mediciones de partículas nocivas en el aire.

Al construír también se contamina, de hecho la industria de la construcción consume el 50% de los recursos mundiales, aun así, nuestra vida cotidiana demanda de espacios construídos, por ejemplo: vivimos en casas, nos trasladamos por carreteras y nos reunimos en restaurantes, bares o cafeterías, es decir para subsistir necesitamos de cobijo, es aquí donde los arquitectos juegan un papel importante para generar un cambio.

En las grandes urbes como la ciudad de México, los espacios verdes son escasos, esto es lamentable ya que sabemos que ellos ayudan a mejorar la calidad del aire que respiramos ya que se convierten en filtros naturales de las partículas nocivas en suspensión.

Si las ciudades no pueden desarrollarse más de forma horizontal por la falta de espacio y debe ser rigurosamente vertical, los jardines públicos pueden seguir esa misma dirección. Obviamente hay tomar en cuenta algunos factores tales como:

·         impacto ambiental favorable y equilibrado ecológicamente.

·         impacto social y estético para que se integre a un paisaje urbano que sea agradable para sus habitantes.

Esto lo debemos tomar en cuenta ya que no es lo mismo diseñar un jardín privado a uno público aunque ambos tengan la misma finalidad. “Mejorar la calidad de vida de los seres humanos”.

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